top of page
  • Foto del escritorNatalia Vispo

La falda, sólo para mujeres?

Actualizado: 31 dic 2020


Me pareció muy interesante el enfoque que la escritora Christine Bard nos acerca, respecto de nuestra forma de vestir los cuerpos. En su libro nos cuenta sobre la famosa prenda femenina. La falda, más comúnmente llamada pollera, los tacos altos, los vestidos al cuerpo, no suelen ser prendas que podamos definir por la comodidad que nos brindan. Cuántas veces usarlas limitó nuestros movimientos... un vestido tan ajustado que no nos dejaba agacharnos, una pollera tan corta que nos incomodó que pudiera dejar a la vista nuestra ropa interior al subir una escalera, por ejemplo.

Durante los comienzos de su uso, estas prendas poco confortables mantuvieron a la mujer fuera de la circulación de las calles, y la han acostumbrado a encerrarse en su casa con el fin de ocuparse de quehaceres domésticos. A diferencia del varón, que con sus prendas holgadas, tuvo el terreno allanado para salir a fomentar sus relaciones sociales y su trabajo.

Fue muy importante el papel que cumplió el pantalón como prenda de igualdad. Las mujeres, poco a poco, se fueron apropiando de la apariencia masculina, su vestimenta se simplificó para el trabajo y la vida cotidiana. Sobre todo en épocas de guerra, en que las esposas de quienes salían al combate, reciclaban los pantalones de trabajo de sus maridos, creando así lo que se conoce hoy como pollera tubo.

La mayoría de las prendas masculinas se convirtieron en unisex. Sin embargo las diferencias entre la moda masculina y femenina siguen siendo marcadas. La falda femenina resiste como prenda sexy y la falda masculina aún está buscando su aceptación social. Siempre se precisa de accesorios viriles que la acompañen para evitar caer en el riesgo de confundir los géneros. En este sentido, hoy, una mujer en pantalón con pelo corto y zapatos bajos, sin maquillaje ni accesorios, ya no se percibe como travestida. En cambio los hombres que llevan vestido o faldas con tacos, siguen siendo considerados travestis. Precisamente, el término francés “travesti” es un nombre masculino. Sabés por qué? Porque “…una mujer que se masculiniza se eleva en la jerarquía de valores. Gana un poder simbólico. Un hombre que adopta una prenda femenina desciende en la misma escala, pierde voluntariamente su poder simbólico, acercándose al estatuto femenino. Mientras que una se vuelve sujeto, el otro se vuelve objeto. Y será así durante tanto tiempo como nuestra cultura reconozca el valor diferencial de los sexos como uno de sus principios organizadores.

Un posible paso hacia la reducción de la diferencia entre sexos, sería la universalización de la falda.

Pero aún estamos en el paso previo; desestigmatizarla como prenda erótica que justifica el acoso y la violación hacia nuestros cuerpos.

Fuente: Bard Christine, Une histoire politique du pantalon, [trad. Nuria Viver Barri, Historia política del pantalón,

Buenos Aires, Tusquets Editores, 2012].




15 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
LOGO TIPOGRAFICO TURBA.png
bottom of page